domingo, 25 de enero de 2009

Todos pasan y nadie ve esos pequeños momentos que al final, nos hacen felices. La señora del barrio piensa en que le duelen las piernas, pero no se da cuenta de que hoy camino una cuadra mas. El remisero saluda alegre a un colega, pero sigue pensando en que está cansado de manejar. El señor de los jueves solo piensa en si le robarán el Sábado, sin ver que su sonrisa de guasón se perdió en los celos, la desconfianza y la soledad. Ese hijo desconsolado solo ve la muerte y no puede recordar con alegría ese tiempo dorado en vida. Todos dan vueltas y vueltas, sin reírse de la mas mínima estupidez. La jaula que se construyó dejó encerrados a los obreros, pero yo soy un loco en este mundo de cuerdos, o quizás el último cuerdo en un mundo de locos, que se ríe de la simple idea de pensar en el futuro, que sabe que todo son cuentos de hadas al fin y al cabo, y que es feliz sin pedir motivos mas importantes que ver salir el Sol...