Que raro no escribirte durante el partido de Huracán primito. Y que lindo homenaje te rindió el club con ese trapo, te lo merecés y mucho más también. Todavía no puedo creer que te hayas ido...

Dios:

He odiado, he deseado a la mujer del prójimo y con la de algún que otro prójimo hice un poco más. He bebido hasta rodar por los suelos y he fumado cosas que el mandamiento divino de seguro prohíbe. He mentido vilmente señor, respondiendo a intereses de lo más mezquinos. Me han herido Dios mío y contra tu voluntad, en lugar de ser un estúpido, decidí vengarme de las más variadas y originales maneras. Me merezco el infierno para el reposo eterno, está claro, pero mi reclamo no es sobre lo que me merezco, sino sobre cuando. Dejá de castigarme, porque en ese libro de reglas pelotudas en ningún momento dice que por algún motivo merezcamos arder antes de irnos de este mundo...

Me duele hasta reírme, sigo sin creer lo que pasó. Primito mío dame fuerzas para seguir tratando de sostenerlo a Rodri, y dale fuerza a él que tantas cosas le pasaron. Mañana me reencuentro con vos a las 14.00, me pongo el despetador. Te quiero mucho, espero que donde estés seas feliz y nos puedas contagiar a todos los que quedamos dando vueltas por acá...

Malditos

Maldita es la muerte, porque a su paso nos va dejando vivos. Maldito es el destino, porque la parca siempre da vueltas por el mismo lugar. Maldita es la suerte, porque cuando se va nunca quiere volver. Maldita es la distancia, porque demora el abrazo justo. Maldita es la vida, porque a los vivos nos mata por dentro con todas estas cosas...