miércoles, 23 de diciembre de 2009

Puede sonar exagerado, pero es cierto que podría pasarme horas, días, tal vez mas, hablando con vos y no me cansaría, es mas, sería muy feliz. ¡Tenemos tantas cosas en común! Somos tan idiotas, confiados y desafortunados los dos... Me encanta verte llorar, no porque no te quiera, sino porque amo la idea de estar ahí para consolarte, para ayudarte a estar otra vez de pie. No puedo enojarme con vos, me resulta imposible. ¿Por qué será que tu sonrisa me puede? Ay, ay, ay Alfonsina, si no te equivocaras tanto no sabría como acercarme a vos. Y si no me equivocara tanto yo, no podría disfrutar el hecho de quejarme ante tus ojos. Ya no sé con que palabras describir lo mucho que te quiero, lo mucho que te voy a extrañar, y lo mucho que espero que vengas a visitarme en cuanto pises nuevamente el suelo argento. No sé como empezar a convencerte que quizás no quieras vivir en un lugar tan grande como la Capital, no sin mí. No sé como, porque en cuanto veo tu rostro me quedo idiota, sin pensar en otra cosa que en que puedo hacer por vos. Ya no sé como expresarme, no alcanzan textos, mensajes, ni tampoco una canción. Maldigo al cielo por condenarme a un año de existencia sin vos. Bendigo al infierno por ponerme al borde del abismo, experiencia que lo único que me ha dejado es esta hermosa dependencia de tu ser...

1 comentario:

Alfon dijo...

Me cai de culo!
Te quiero, te quiero, te quiero y mucho en unos 3 dias estoy instalada en tu casa