sábado, 16 de enero de 2010

Nada me da mas impotencia que verla sangrar gota a gota y no poder hacer nada. Me pongo loco, y me gustaría destrozar todo a mi paso, pero no ayuda de mucho. Le diga lo que le diga no recupera esa sonrisa tan hermosa que alguna vez tuvo. Sus ojos se volvieron grises y parecen no enfocar. Sus brazos están cansados y no saben abrazar. Yo me mantengo de pie, pero ya no sé si le alcanza con eso para no caer junto con su mundo. Tengo la esperanza de que sí, y es por eso que me rindo a sus pies...

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