viernes, 5 de noviembre de 2010

Poco a poco fluyen las palabras en la Argentina, fluyen al ritmo de las ideas, sangre de nuestra sociedad que se despierta a paso firme. Los insensibles de siempre se regocijan ante el pensamiento de que nuestro corazón ha muerto, pero me invade la alegría al cobrarme revancha contradiciéndolos. Néstor no murió, sino que se transformó en millones de voces. Voces que ya no susurran, voces que son gritos. Grito que es del pueblo, grito que condena la avaricia de quienes nos mintieron con desfachatez en el pasado. Los viejos lobos quieren aprovechar cada excusa para volver, pero sucumben reiteradamente frente a los dientes de los corderos, afilados y unidos como nunca. Nos falta mucho, es cierto, pero vamos en camino a conseguirlo. Caminamos sobre un suelo firme, de verdad y democracia, de paz y justicia, de proyectos e ideales. Ya sabemos quienes cantan por un país y quienes por sus bolsillos, nunca mas seremos víctimas de la hipocrecía. Caminamos en línea recta hacia la victoria, siempre con sed de un poco más. No está mal ser ambiciosos, siempre y cuando nuestra ambición sea que cada vez mas compañeros compartamos una Argentina mejor.
Gracias Néstor, mas allá de estar a favor o en contra de algunos proyectos, por devolvernos los ojos a los argentinos. Esto no es una carta de adiós, sino una de hasta siempre...

1 comentario:

Fresh dijo...

"nunca mas seremos víctimas de la hipocrecía"

Me encantó eso, beso.