lunes, 31 de octubre de 2011


Me dejaste, nos dejaste a todos y, por supuesto, me enojé profundamente. Es que no lo entendí. Es más, sigo sin entenderlo. Tanto amor, tanta pasión, tantos años... Y te fuiste igual, dejándonos a todos. Porque no me dejaste solamente a mí, sino también a tus amigos, a nuestros amigos, hermanos del alma, compañeros de emoción. Y sin embargo, de casualidad, escucho de vos y se me pasa todo, o por lo menos se me esconde. Y quiero verte de nuevo, pero desde lejos, lo sabés, no puedo. Se hace difícil a veces decidirse entre lo que se siente y lo que se quiere sentir. De yapa, te dedico estas palabras no solo a vos y te robé una canción de esas que por rencor nunca quise escuchar...

No hay comentarios: