lunes, 23 de agosto de 2010

Te conté que me gustaba escribir, infantilmente dejé la dirección de mi blog en el historial de tu computadora, para que veas la cantidad de cosas lindas que alguna vez supe decir entre otras idioteces. Primero pensé: "Ahora no, pero en cuanto pasen dos días que no la veo me salen mil millones de palabras para ella". Habiendo vuelto a mi casa, y habiendo pasado ya unos cuantos días empecé a tener miedo, no me salía nada de mas de veinte palabras, y yo sabía que vos te merecías mas. En un momento, volví a charlar con mi subconsciente para decirle que otra vez se había confundido, que no me gustabas tanto como a él le parecía, que era un pelotudo, que me hace ilusionar al pedo. Pero (gracias a Dios existen los peros) ayer me dijiste "Bueno, en tres semanas me voy a vivir cuatro días a tu casa". No te puedo explicar la corriente de adrenalina que me corrió por las venas, la imposibilidad de esconder esa sonrisa que pone la gente cuando está alocadamente feliz, el calor que sentí en la cara, creo que por mas que estuviera a oscuras en mi habitación cualquiera podría haber notado el rubor fluorecente en mi rostro. Y ahora me doy cuenta de que sos mas que mil millones de palabras, me sacaste de esa existencia lúgubre a la que me había acostumbrado, porque ahora espero algo, de nuevo. Me das sonrisa tras sonrisa aunque estés a cuatrocientos kilómetros de asfalto, y lograste que me vuelva a poner estúpida y excesivamente cursie. No puedo escribirte mil millones de palabras, porque lo único que quiero decirte es que te quiero y que te agradezco por hacerme sentir tan bien...

1 comentario:

Nohely Miret dijo...

Sos tan dulce Fedito. Me alegro tanto tanto. Seguís robando corazones capo!! La próxima vamos todos y al conocemos en persona.